La primera etapa del pensamiento de Ortega y Gasset, el objetivismo, se ve notablemente influído por su preocupación respecto al atraso de España respecto del resto de Europa y esto solo podría superarse de ser eliminado el {subjetivismo} y el personalismo dominantes. Las cosas, suelen ser más importantes que los hombres, o por amor a la objetividad, hay que tratar a los hombres como a cosas. Luego se retractará de esta suerte de antihumanismo.
Hacia 1910, su pensamiento se caracteriza por el perspectivismo. Los dos grandes temas del período son la circunstancia y la perspectiva. La idea de circunstancia tiene su origen en el concepto de umwelt que creara von Uexküll y luego utilizara Husserl. El sentido es el de puntualizar que no existe un yo separado del mundo real:
Yo soy mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo Ortega y Gasset, Mediaciones del Quijote
El concepto de perspectiva, que ya aparecen en Leibniz, en tanto cada mónada es una perspectiva del universo y en Nietzsche, aunque Ortega, en realidad sigue a Teichmüller, es un atajo para superar el escepticismo y el racionalismo como actitudes ilegítimas y contrapuestas. Ortega entiende que la lógica oscila históricamente entre el escepticismo y el dogmatismo de manera que se emanaban dos opiniones contrapuestas: no hay más punto de vista que el individua: la verdad no existe (escepticismo) por un lado, y la verdad existe: ha de tomarse un punto de vista supraindividual (racionalismo), por el otro. Ortega dirá estas perspectivas se originan en la convicción de que el punto de vista, es falso. Pero para el, el punto de vista individual es el único punto posible desde el que puede mirarse el mundo y su verdad.
De esta forma, circunstancia y perspectiva se articulan en una particular concepción de la verdad. La realidad solo puede ser mirada desde la circunstancia (el punto de vista) que cada cual ocupa fatalmente en el universo. La realidad solo puede ofrecerse en perspectiva individuales, lo cual no las invalida sino que las hace valiosas.
En la madurez (raciovitalismo) Ortega criticará a Sócrates. Afirmará que el tiempo de Sócrates era el de desaroljar la vida espontánea para sustituirla con la pura razón, pero más tarde, descubriría que lo racional imitaba lo irracional: la razón pura no puede reemplazar a la vida, la cultura del intelecto abstracto no es, frente a la espontánea, otra vida que se baste a sí misma y pueda desalojarla: es tan solo una breve isla flotando sobre el mar de la vitalidad primaria. Dirá luego que es el tema de su tiempo el de someter a la razón a la vitalidad, localizarla dentro de lo biológico y hacerla subsidiaria de lo espontáneo. Se trata de la cultura biológica, la razón pura será desplazada por la razón vital.
Ortega se defendió contra los que calificaba su pensamiento como vitalismo porque su intención no era el de un reduccionismo biológico ni tampoco desvalorizar la razón. Pero tampoco postula una dependencia de la razón que culmine en idealismo. El raciovitailsmo pretende ser una posición intermedia en la que razón e intuición se ponen al servicio de la vida. Así, para Ortega, la via será una realidad radical y el hombre no será naturaleza sino historia, porque la vida no es sino lo que hacemos y lo que nos pasa. Ortega se acerca claramente al {existencialismo}.