La asimilación de Platón y los estoicos, darán lugar a los trabajos de Agustín de Hipona en donde se identifican conceptos originados en aquellos, tales como "Ley eterna", "razones seminales" y la "Ciudad de Dios". Poco se tomó de Aristóteles, de los escépticos y de los epicureos.
En general, los primeros pensadores que profesaron el cristianismo, tenían una visión de la filosofía bastante negativa. De alguna manera, las discusiones y contradicciones entre las diferentes escuelas filosóficas, eran juzgadas como "charlatanería, o insensatez, o locura, o distención, o todo de una pieza", tal como afirmaría Taciano. En consecuencia, no hay más sabiduría que la revelación evangélica que contradice a la filosofía y supera a la razón: "Ha muerto el Hijo de Dios, completamente creíble, ya que esun desatino; fue sepultado y resucitó; cierto porque es imposible" afirmará Tertuliano.
Pero de todas formas, los "padres" no dudarán de utilizar la filosofía griega:
"Cuanto han dicho los filósofos y los poetas acerca d ela inmortalidad del alma y de la conteplación de las cosas celestes, lo han tomado de los profetas (del Antiguo Testamento). De ahí que parezca que hay en todos ellos, semillas de verdad que no fueron comprendidas, porque se contradicien unos a otros (...) Nosotros en cambio, hemos recibido la enseñanza de Cristo que es el Lógos de quien participa todo el género humano. Y así, quienes vivieron en coformidad con el Lógos, son cristianos aún cuando fueron tenidos por ateos (...) Y del Lógos que habló por los profetas tomó Platón cuanto dijo a cerca de que Dios creó el mundo transformado en materia informe"
De este modo, Justino justifica la asimilación de la filosofía pagana lo cual plateaba el problema de relacionar razón y fé.
Agustín de Hipona es la más importante figura de la Patrística Cristiana, recogiendo gran parte de la tradición filosófica que le precede ejerce gran influencia en la historia del pensamiento occidental. Con frencuencia su pensamiento es fluctuante y no llega a conclusiones definitvas. Polémico y problemático, pretendía comprometerse con sus escritos.
El maniqueísmo, reunía elementos paganos y cristianos ofreciendo una "iluminación" del alma que identificaba el bien con la luz. A una persona como Agustín, atormentada por la lucha moral, el maniqueísmo le ofrecía una solución al problema del mal:
"Me parecía que no éramos nosotros los que pecábamos sino que era no sé que naturaleza la que pecaba en nosotros" Confesiones, Agustín
Por otra parte, el dalismo maniqueo era cerradamente materialista. Dios, como principio del bien, era luz corpórea:
Cuando quería pensar en Dios no podía imaginar sino masas corpóreas, pues pensaba que solo lo que fuera cuerpo podía existir. De aquí nacía mi creencia en que la substancia del mal era también corpórea, una masa oscura y sin forma, que podía ser pesada - y que (los maniqueos) llamaban "tierra"- o ligera y sutil como el aire - y la imaginaban como una mente maligna que reptaba la tierra. Y como no podía creer que n dios bueno hubiera odido crear una naturaleza mala, imaginaba que existían dos masas corpóreas, contrarias e infinitas, aunque la mala menor que la buena" - Confesiones, Agustín
El maniqueísmo, no obstante, decepciona a Agustín puesto que proponiendo la simplicidad del bien ante el mal, no era posible hacer progreso alguno.
El interés por el escepticismo, marca una ruputra en su pensamiento con el maniqueísmo: "pensé que los filósofos académicos habían sido más prudentes al afirmar que se debe dudar de todas las cosas, que ninguna verdaed puede ser comprendida por el hombre" Confesiones, Agustín
Platón y el neoplatonismo eran muy conocidos en Milán, residencia de la corte Imperial y centro de cultura. Ambrosio, obispo influyente, había llamado la atención de Agustín. El obispo era conocedor de Platino, Filón y Orígenes y practicaba una interpretación alegórica de los textos biblicos. Por ejemplo, respecto al relato del Génesis y la caída de la serpiente, interpretaba al hombre y a la mujer como figuras del deleite y la sensualidad cuando el entendimiento se dejaba llevar por los sentidos. Agustín pudo aceptar así los relatos biblicos viendo "no la letra que mata sino el espíritu que da vida".
Los escritos de Plotino también llegaron a manos de Agustín, traducidos por Mario Victorino, neoplatónico converttido al cristianismo. La concepción de Dios y de alma como entidades inmateriales, son un conocepto proviniente de tal fuente. Porque casi todos los filósofos antiguos habían sido materialistas a excepción de Platón y los neoplatónicos. Esta suerte de conversión de Agustín al neoplatonismo, introduce definitivamente el inmaterialismo en todo la filosofía posterior.
La idea de que solo la gracia de Cristo puede salvar al hombre, está tomada de Pablo. Esta doctrina sobre la que volverá varias veces, es el eje medular de su pensamiento y marcará el camino de su alejamiento del maniqueísmo y su conversión al cristianismo.
"Dos amores fudaron dos ciudades. El amor propio hasta el desrecio de Dios fundó la ciudad eterna. Y el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo fundó la ciudad celestial. La primera se gloría en sí misma y la segunda en Dios. Porque aquel que busca la gloria de los hombres y ésta tiene por máxima gloria a Dios, testigo de la conciencia" Agustín, La ciudad de Dios
Esta concpeción histórico-política que lo lleva a considerar que el amor permite dividir a la humanidad en dos ciudades solo puede comprenderse a la luz de sus antecedentes teóricos y, naturalmente, el contexto histórico en el cual se inserta.
En efecto, el Imperio Romano, había buscado una justificación idelógica en la filosofía estoica - la cual había demostrado una importante flexibilidad y adaptación al respecto - y probablemente en la visión jearáquica de la concepción del mundo de los neoplatónicos. La religión oficial y también los cultos orientales se ocuparon de divinizar el orden establecido. Mas aún, con Virgilio, se liga la fundación de Roma a los mismos dioses (ver mitologiagrecorromana). La oposición surge con el epicureísmo y el cinismo que predican el absentismo político y se posicionan en críticos de la religión oficial. El monoteísmo y el particularismo nacionalista de los judíos (el "pueblo elegido") también va transformándose en un area de conflicto. Hay quienes observan además que el cristianismo poseía una fuerte carga revolucionaria al oponer el pueblo de Dios al Reino del César y en el libro del Apocalipsis la Jesursalén celestial se contrapone a la Babilonia, que no es sino una alegoría de la misma Roma. El Imperio representaba el idea de u n mundo cerrado en el que la divinidad formaba parte de una comunidad política. La concepción cristiana, obstinadamente, proclamaba la trascedencia de Dios, alterando el tranquilizador universo (como afirma Touchard) que estaba cerrado sobre sí mismo.
En este contexto, debe comprenderse que el tema de "las dos ciudades" hacía pues a la escencia del cristianismo. No resulta extraño pues que Tertuliano, quien defendió el milenarismo considerara a las dos ciudades como antagónicas. Orígenes dirá que los cristianos tienen dos patrias (del mismo modo que poseen cuerpo y alma) y que existiría una complementariedad entre ambas, de esta forma, la ciudad terrena prepara para los caminos de la ciudad de dios.
A partir del Edicto de Milán, en el 313, la oposición de las dos ciudades se atenúa: Eusebio de Cesarea que apoya a Constatino dirá que el emperador recibe el poder de Dios y tiene como misión preparar el camino del Evangelio: las dos ciudades han iniciado el proceso de fundirse en una sola.