Se atribuye a Aristóteles una posición realista moderada que coincide en gran parte con el conceptualismo, pero en rigor, se trata de una simplificación y quizá también de una interpretación aristotélico-tomista de la posición aristotélica original.
Son claves para comprender el eje central de la filosofía aristotélica, las nociones de acto y potencia que pretenden explicar el movimiento en tanto que devenir. El movimiento como cambio en una realidad requiere tres condiciones que operan como principios: la materia, la forma y la privación. El cambio sería ininteligible si no hubiese en el objeto que va a cambiar una potencia de cambio. El cambio es, en rigor, el paso de un estado potencial a un estado de actualidad. El pasaje de un estado al otro se lleva a cabo a través de una causa eficiente que puede ser 'externa' (en el arte) o 'interna' (en la misma naturaleza del objeto considerado). Aristóteles afirma que el cambio es llevar a cabo lo que existe potencialmente en cuanto existe potencialmente. Sin embargo, esta potencia no puede ser cualquier potencia: un hombre no es potencialmente una vaca, pero un niño sí es potencialmente un hombre, pues de lo contrario, siempre seguiría siendo un niño.
La palabra 'metafísica' fue consecuencia de una denominación espacial que Andrónico de Rodas hiciera de la obra de Aristóteles en el siglo I. Esta designación exclusivamente clasificadora tuvo más tarde un significado más profundo, pues con los estudios que son objeto de la filosofía primerar se constituye un saber que aspira a penerar en lo que está situado más allá o detrás del ser físico en cuanto a tal.
Según Aristóteles, hay una ciencia que estudia el ser en tanto que ser. Esta ciencia se ocupa de los primeros principios y las causas más elevadas. Merece por ello ser llamada 'filosofía primera', a diferencia de toda 'filosofía segunda'. Así, esta 'filosofía primera' se ocupa del ser como ser, esto es, sus determinaciones, sus principios. Se ocupa además de algo que es, en el orden de lo que es y en el orden también de su conocimiento. Pero este ser superior o supremo puede entenderse de dos modos:
Como estudio formal (lo que luego será la ontología.
Como estudio de la substancia separada e inmóvil (el primer motor) en cuyo caso será, tal como la denomina Aristóteles, filosofía teológica.
Clasificación de la obra aristotélica según Andrónico de Rodas
Crítica aristotélica al idealismo platónico
La virtud y la doctrina del término medio: ética aristotélica